En 1630 se inició el proceso de beatificación, elevado a la Congregación de los Sagrados Ritos de Roma en 1642, y en 1777 quedó definitivamente interrumpido.
[1] Pronto la familia se trasladó a Sevilla, a la que habían retornado desde América los abuelos paternos.
En el curso del proceso de beatificación el canónigo Juan de Loaysa, postulador de la causa, encargó en 1674 a Murillo el retrato de la monja, copiado del que se le hizo en el lecho de muerte según explica la inscripción en letras doradas que se incorporó al propio lienzo posiblemente en 1688, cuando Loaysa lo donó a la catedral.
[4] Recoge el momento que todas las biografías de la venerable recogen como el más relevante de su biografía, cuando agonizante y sufriendo una intensa sed pidió un crucifijo a sus hermanas —que no querían darla de beber por no alargar la agonía— y acercándolo a la boca succionó de la llaga del costado de Cristo un líquido invisible que calmó su sed.
Madre Sor Francisca Dorotea, Fundadora del Religiosíssimo Convento de Dominicas Descalzas de Sevilla, Que para extender sus noticias con más facilidad a los devotos que las ignoran, y avivarlas en los que las saben, De orden superior, y a instancias de dichas Religiosas, Da a luz... Don Juan Joseph Illánez, Presvytero , en Sevilla, en casa de Juan Francisco Blas de Quesada, impresor mayor, 1734.