Laurana nació en Vrana, cerca de Zara, en la Dalmacia veneciana (ahora Zadar, en Croacia).
Fue uno de los más importantes y complejos escultores del siglo XV.
Sus mejores obras evolucionaron desde la tradición en los trabajos de su taller, en colaboración con otros artistas.
Sus bustos revelan una individualidad creativa que fue vista como particularmente fascinante a finales del siglo XIX.
Aunque es imposible trazar su desarrollo estilístico, su obra posterior realizada en Francia muestra para algunos cierta asimilación al realismo, que está ausente de los trabajos ejecutados en Italia.