Francesca Woodman

El cuerpo que captaba la cámara normalmente estaba en movimiento, debido a los largos tiempos de exposición, o la imagen no era nítida.Dentro de ésta, conoció al fotógrafo Aaron Siskind, que formaba parte del profesorado.Fueron los propietarios quienes consiguen incluir a Woodman en una exposición de cinco jóvenes artistas en la Ugo Ferranti Gallery, donde fue la única estadounidense que participó.[1]​[7]​[10]​ La única obligación que Francesca tuvo en esta etapa era asistir a clases de Historia del arte.Esto fue determinante, ya que comenzó a expandir y experimentar su arte más allá de los trabajos estudiantiles.[13]​ El tema único en sus fotografías es una característica predominante, que acentuaba gracias al tratamiento de la luz en el espacio.[1]​[7]​ Finalmente, en el otoño de 1978 acabó su último semestre en la universidad Rhode Island School of Design y preparó la exposición Swang Song, en la galería Woods-Gerry.Sloane Rankin quiso dar a conocer el trabajo de su amiga, pero no consiguió convencer al galerista Holly Solomon, que consideraba que el trabajo de Francesca era prometedor, pero no lo suficientemente desarrollado como para exhibirlo.Woodman pasó ese verano en Stanwood, Washington para visitar a su pareja, Benjamin Moore, que estudiaba en la Escuela Pilchuck Glass.Woodman se empapó de este e,stilo que luego reflejó en sus futuras fotografías.Allí creó una serie de fotografías donde exploró la naturaleza y los recursos que esta le ofrecía para complementar su obra.También experimentó con su propio cuerpo en este mismo proyecto para conseguir tratar temáticas sobre algo más elevado, cuenta la carta que les escribió a su amiga Suzanne Santoro, residente en Roma.Lo que realmente la llevó al suicidio fue una respuesta mediocre por parte del público a su fotografía y un romance roto.[2]​[17]​ Los expertos siempre han intentado determinar cuál es el movimiento artístico en el que incluir las obras fotográficas de Francesca Woodman.Más tarde, para la obtención de sus obras, hacía bocetos preliminares y luego, manipulaba los negativos.Francesca, como Man Ray o Meret Oppenheim, dibujaba una línea opaca entre el erotismo y la abstracción.[20]​ Francesca Woodman conoció el trabajo simbolista del artista alemán Max Klinger en su estancia en Roma.Los padres de Woodman encontraron una carta no enviada que había escrito su hija a Deborah solicitando ser su asistente.Todas las series fotográficas que realizó son juegos y mecanismos para extraer información de ella misma.La fotógrafa estaba completamente inmersa en este juego, camuflándose, tapándose la cara, volviendo poco nítidas las imágenes.El recurso más habitual en las fotografías de Francesca Woodman es su propio cuerpo como herramienta para proyectar sus emociones.Ella da un tratamiento a su propio cuerpo más cercano al romanticismo y la espiritualidad.Su cuerpo es representado tanto desnudo como vestido y en diferentes espacios, como parte de su investigación personal.El retrato de su cuerpo es etéreo, intentando aludir a un plano más elevado que el terrenal.Esta temática la podemos ver reflejada en las vanguardias, sobre todo en el movimiento surrealista, y se basa en la mímesis con el entorno que implica no poder ser visto.En diversas series fotográficas encontramos representado el cuerpo de Woodman ocultándose, jugando y vinculándolo con su entorno.Durante su estancia en Roma, hizo fotografías en las que el fondo muestra paredes deterioradas, enfatizando la calidad geométrica del origen arquitectónico clásico, cuyo estado era ruinoso.