Francesch Matheu

Participó igualmente en las asambleas de la Unió Catalanista.

Como editor, en 1870 se encargó de La Gramalla y en 1884 fundó la Editorial Catalana, donde publicó las obras de Marian Aguiló, Emili Vilanova, Jacinto Verdaguer y Miguel Costa y Llobera.

Se le identifica como un representante del espíritu tradicional de la Renaixença.

Contrario a las innovaciones de Pompeu Fabra, era partidario de escribir en «el catalán que se habla» y se opuso a aceptar las normas gramaticales del Instituto de Estudios Catalanes.

Conocido popularmente como lo Matheu, el fabrista Josep Carner llegaría a decir de él «Lo Matheu, no... Matheu-lo!» (juego de palabras en el que "mateu-lo" significa "matadlo").

Matheu visto por Ramón Casas ( MNAC ).