Siendo adolescente expresa el deseo de llegar a ser millonario o santo.
Mientras está en los dominicos vive unas experiencias de oración contemplativa, que marcarán toda su vida.
A lo largo de su vida siempre buscará la relación con el Movimiento del Focolar, declarando su filiación espiritual con Chiara Lubich.
La llegada de un nuevo párroco, que no quiere que su vicario conviva con un laico, les impulsa a dirigirse al arzobispo de Barcelona, D. Marcelo González, la incipiente experiencia.
Él le pide a Francesc Casanovas que siga en la formación de jóvenes y autoriza la vida comunitaria.
Un año más tarde se abre otro piso, para chicas, en la calle Valencia, también en Barcelona.
Durante las décadas siguientes la comunidad va creciendo y se abren nuevos pisos de vida comunitaria en diversas ciudades.
"No era tarea fácil llevar adelante una comunidad de hombres y mujeres, con la complejidad de todas las vocaciones: presbíteros, matrimonios, célibes, en comunión fraterna y evolución constante.
Su marido, Joan Roig, siendo miembro de la comunidad, se convierte en un buen amigo del fundador.
En 1991 Francesc Casanovas inaugura el Aula de Teología Cantar de los Cantares (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
Su reflexión se basa en la tradición cristiana, transmitida por las familias religiosas de las que ha participado: dominicana y franciscana.
Entre los teólogos del siglo XX, dedica una atención especial a H. U. von Balthasar.
Jugar supone dejarlo todo en manos del Padre y dedicarse sólo a disfrutar de lo que él nos regala en Cristo.