También fue maestro, músico callejero y miembro del servicio de seguridad en conciertos.
Aprendió a tocar la guitarra y luego otros instrumentos tradicionales (acordeón, gaita, banyo, violín, guimbarda, ukelele, entre otros) llegando a dominar unos veinte, de forma prácticamente autodidacta.
Entonces abandonó su carrera de maestro y empezó a tocar en el metro.
Pero el éxito le llega con Les Garçons Bouchers, cuyo primer disco fue editado por Boucherie Productions, compañía discográfica fundada por François y por Eric Blitz, ambos miembros del grupo.
François fue también actor en papeles secundarios en varias películas, como «La Cité des enfants perdus», 1995, dirigida por Marc Caro y Jean-Pierre Jeunet.