Fragmentación de hábitat

Usualmente es definida como aquel proceso en el cual una gran extensión de hábitat es transformada en un número de parches más pequeños que se encuentran aislados entre sí por una matriz con propiedades diferentes a la del hábitat original.[1]​ El paisaje se fragmenta de forma progresiva, aumentando el contacto entre los parches y la matriz.[2]​ No obstante, la fragmentación es un proceso que trasciende la interacción parche-matriz, teniendo implicaciones a nivel ambiental.[28]​ Luego del cuello de botella, si las poblaciones remanentes continúan pequeñas y aisladas durante varias generaciones, disminuirá la heterocigosis por deriva génica y principalmente por endogamia, resultando en la acumulación de alelos recesivos deletéreos y disminución de la fecundidad, dirigiendo a la población a una eventual extinción.Esto eventualmente genera extinciones locales, y por ende, que los parches pequeños generalmente tengan menor número de especies.[32]​ El hecho de que el área del fragmento imponga un límite máximo en el tamaño poblacional aumenta la vulnerabilidad de las especies frente a extinciones locales,[33]​ ya que quedan expuestas a la erosión genética por deriva génica y depresión endogámica.[34]​ Los mecanismos que subyacen en la relación área/vulnerabilidad pueden dividirse en cuatro categorías: aleatoriedad ambiental, aleatoriedad demográfica, catástrofes naturales y reducción de variabilidad genética;[35]​ y aunque vale la pena distinguirlos, es importante destacar que raras veces actúan de forma independiente.[45]​ Adicionalmente, los bordes que están en contacto con áreas urbanas experimentan modificaciones debido a la actividad humana.[47]​[48]​ Sin embargo, este patrón no es universal ya que varios estudios han detectado correlaciones positivas[49]​ o ausentes[50]​ entre la riqueza de especies y la distancia al límite del parche; lo cual sugiere que en algunos sistemas muchas especies evitan los bordes, y que en la matriz no siempre existen suficientes especies como para compensar la pérdida en los mismos.Es por ello que fragmentos con formas complejas tienen mayor proporción de su área como borde.[54]​ Sin embargo, el efecto de la forma no es independiente del tamaño.[55]​ A su vez, esta probabilidad puede verse moderada por la orientación relativa del mismo.Dicho aislamiento es casi universalmente entendido como una medida de la configuración del hábitat.Particularmente en insectos, la diferenciación genética entre poblaciones se relacionó claramente con el aislamiento en algunos estudios,[61]​[62]​ pero no en otros.[63]​ En conclusión, las interrupciones pueden fraccionar las metapoblaciones disminuyendo el tamaño poblacional total, aumentando la probabilidad de eventuales extinciones locales, e impidiendo que nuevas colonizaciones restablezcan poblaciones extinguidas.[11]​ Sin embargo, la tradicional teoría de Wilson y McArthur falla al no reconocer que los efectos de borde pueden alterar las características del fragmento, y que la matriz puede no ser completamente inhóspita para la fauna nativa.[4]​ Mediante modelos de simulación se ha demostrado que las especies generalistas (i.e.[69]​ Asimismo, modelos similares muestran que aumentando la calidad de la matriz (i.e.aumentado los recursos que aporta al sistema) se incrementa la densidad poblacional dentro de los fragmentos.Esto explica por qué la literatura acerca de la fragmentación del hábitat está repleta de ejemplos con resultados aparentemente contradictorios que no pueden ser explicados teniendo en cuenta solamente las diferencias entre ambientes o métodos utilizados.[74]​ Sin embargo, varios estudios han encontrado lo contrario en fragmentos de edad intermedia[75]​ y prolongada,[76]​ lo cual sugiere que luego del impacto las comunidades podrían alcanzar nuevos “equilibrios”.La sensibilidad de las especies es diferente según los distintos biomas, siendo particularmente baja en las zonas templadas del hemisferio norte.[11]​ Por lo tanto, no sorprende que exista una gran cantidad de estudios teóricos y observacionales.[83]​ Frente a semejante complejidad, las dificultades básicas en la planificación son: la cantidad, forma y proximidad de las mismas; y la solución varía según la escala del esfuerzo de conservación.[1]​ Al intentar resolver dichas dificultades la teoría de la fragmentación formó las bases del acronismo SLOSS (single large or serveral small), despertando grandes controversias.la ruptura de genotipos adaptados por recombinación) y la depresión por endogamia (como consecuencia del pequeño tamaño poblacional), los cuales pondrían en peligro la población introducida en las primeras generaciones hasta que se seleccionen y establezcan genotipos adaptados nuevamente.Pero el proceso de recolonización continúa, ya que la población liberada debe ser monitoreada genética y demográficamente las primeras generaciones para detectar posibles depresiones por exo- o endogamia.[34]​ Desde otra perspectiva, se ha propuesto moderar los efectos negativos del aislamiento de los fragmentos manteniendo la conectividad del paisaje mediante matrices suaves, piedras angulares, y principalmente corredores biológicos.[90]​ Por lo tanto, a pesar de algunos riesgos ecológicos, al aumentar la conectividad del paisaje es más probable encontrar efectos positivos que negativos en las especies nativas y procesos ecológicos.[11]​ Por último, vale la pena mencionar que se ha recomendado dejar de lado el enfoque conservacionista a nivel de especies, para enfocarse en las condiciones en las que las comunidades se desarrollan.
Fragmentación y destrucción del hábitat de los grandes simios en África Central entre 2002 y 2030. Información de GLOBIO y el proyecto GRASP.
Fragmento de bosque aislado experimentalmente en el Amazonas central (fotografiado por R.O. Bierregaard). [ 13 ]
Diagrama representativo del proceso de fragmentación. [ 16 ]
Relación entre el área del fragmento y el efecto de borde. Se supone un borde de 50 metros de espesor. [ 16 ]
Relación entre la forma del fragmento y el efecto de borde. Se supone un borde de fragmento de 50 metros de espesor. [ 16 ]
Diagrama representativo de dos fragmentos aislados contrastado con dos fragmentos conectados por un corredor biológico. Se supone un borde de fragmento de 50 metros de espesor. [ 16 ]