Una formación de compromiso, también a veces llamada formación transaccional, es un concepto del psicoanálisis para designar a las producciones del inconsciente destinadas a lograr que los contenidos reprimidos (por ejemplo, representaciones y deseos perturbadores) sean admitidos en la consciencia.
Se trata de una formación que deforma estos contenidos, disfrazándolos para burlar a la barrera de la defensa, transformándolos en algo que es el mejor compromiso posible entre la satisfacción del deseo inconsciente y las exigencias defensivas.
Así el síntoma resultaría sostenido desde ambas partes, al menos mientras conviene a ambas, y por eso tendría esa fuerza perseverante tan poderosa.
Esta distinción de la metapsicología tiene un antecedente de 1915, cuando Freud aclara que si bien lo reprimido debe permanecer en el inconsciente, el inconsciente es más extenso que solo lo reprimido.
Más precisamente, la represión sería el retiro de investidura a un representante, con lo que se interrumpe la asunción por parte del preconsciente.