[2] En siglo XVII, William Harvey (1578-1686) imprimió la expresión latina Ex ovo omnia, que quiere decir "todo procede de un huevo".
[3] No fue hasta 1827 que se observaron por primera vez los ovocitos al microscopio, por Karl Ernst von Baer (1792-1876).
Además las células de la granulosa son vitales para el desarrollo del ovocito.
La foliculogénesis se desarrolla de manera paralela a la ovogénesis y durante este proceso el folículo pasa por diversos estadios:[5] Mide unas 50 µm.
[6] Posteriormente, de forma periódica, algunos de los folículos primordiales presentes en el ovario se ven estimulados por factores intraováricos, para comenzar su crecimiento y maduración, mientras que el resto permanece en quiescencia durante meses o quizás años.
El resto de los folículos que no hayan sido reclutados morirán por atresia.
Se produce por una disminución de la hormona FSH, que provoca la degeneración celular.
[7] Las células granulosas segregan mucopolisacáridos que forman un halo protector, la zona pelúcida alrededor del ovocito.
[cita requerida] Esta estructura, llamada antro, terminará rodeando completamente al ovocito hasta la ovulación.
[cita requerida] En la hembra humana el folículo de Graaf puede llegar a medir 25 milímetros (mm).
Igualmente la progesterona secretada por el cuerpo lúteo inhibe a nivel local y central (hipófisis) el crecimiento de los folículos restantes.
En total, son cinco las diferentes hormonas que participan eventos de retroalimentación positiva y negativa para regular este proceso.
Asimismo, el ovario también comienza a sintetizar inhibina, activina y folistina que regulan la producción hormonal de la hipófisis.