Se desencadenó una guerra que tuvo como resultado una victoria para los romanos en la batalla del Lago Regilo y la derrota condicional de la confederación poco después.
Otro término fue que la Liga Latina y Roma se repartirían todos los botines tomados durante la guerra.
Asimismo, las dos partes acordaron establecer colonias conjuntas en territorio capturado para que ambas prosperaran.
Esta coyuntura permitió a Roma expandirse más allá, conquistando la mayor parte de la península itálica.
Finalmente, Roma derrotó a los miembros no-romanos de la Liga y el foedus Cassianum siguió invalidado.