Floresta Rugby Club

Juan Nicolás Marchetti quería lograr que los chicos abandonen situaciones de riesgo y prácticas sedentarias para experimentar sensaciones como la sencillez, el compañerismo, la amistad, el compartir, el ser solidario, el gozo por el logro obtenido tras el esfuerzo brindado.

La tarea resultaba difícil, pero gracias al esfuerzo de ellos y todos los que desde el principio apoyaron a este proyecto, lo que en un principio parecía una tarea imposible gradualmente fue dando lugar a un movimiento deportivo y social, como resultado, mes tras mes se fueron sumando muchos chicos del barrio y alrededores, jóvenes que pensaban que el rugby sólo lo jugaban los habitantes de Clase media alta o clase alta.

[3]​ Sin apoyo gubernamental, sin patrocinadores ni recursos externos, y sólo contando con una cuota social mínima (que cubría el alquiler de la cancha) y lo que los padres y entrenadores podían aportar, cada vez más jóvenes se acercaban al Floresta Rugby Club, porque ahí se les daba una oportunidad.

La sede fue cambiando a través de los años; al principio alquilando una cancha de un club del barrio, luego en el anexo sobra la calle Mercedes del Club Atlético All Boys, luego en la Plaza Monte Castro, en esta plaza llegó a haber más de 80 chicos entrenando un martes o un jueves por la noche.

Tres años después de ser iniciado el proyecto, los entrenamientos desembarcan en la cancha número 4 del Parque Avellaneda, actual sede.