La caída de los angevinos en Sicilia quería decir que estaban preocupados por recuperar el territorio allí y eran pocos los gobiernos occidentales que enviaban tropas para defender Morea.
Florencio hizo la paz y la mantuvo hasta 1293, cuando los griegos retomaron Kalamata.
Florencio no se desesperó y no reabrió la guerra que se había prolongado hasta su sucesión: en lugar de eso envió una embajada en protesta a Andrónico II Paleólogo, y el emperador regresó Kalamata.
En 1296, los griegos volvieron a tomar el castillo de san Jorge, en Arcadia.
Florencio sitió el castillo, pero murió antes de que pudiera ser tomada.