Florencio Arrivillaga

Pero pese a la ayuda estatal, el proyecto no prosperó, ya que el suelo arenoso no era fértil, y sumado a los desastrosos efectos del terremoto de 1939, la mayoría de los agricultores extranjeros abandonaron la zona.

[3]​ No obstante, y pese a lo antes señalado, algunos colonos perseveraron en estas tierras, y lograron explotar sus predios, llegando a tener una situación económica favorable para sus familias en formación, siendo uno de ellos Arrivillaga, dueño del fundo Monte del Águila, tomado del ya conocido nombre del poblado, mencionado por primera vez en la historia por Francisco Astaburuaga en 1867, llamándolo "Fundo Monte Águila".

[3]​ Las familias de Arrivillaga, y otros colonos, como los chilenos Manuel Matus, Víctor Estrada, y Luis Zárate; junto con otros agricultores extranjeros, como el alemán Christian Suiter darían origen a la primera generación de población del creciente pueblo, que en tan solo 30 años aumentó en un 97%, llegando a los 1.000 habitantes en la década de los 30.

[1]​[3]​ Décadas más tarde, la gran hacienda de Arrivillaga fue decayendo, y luego de ser vendida a varios nuevos propietarios, regresó a Santiago, donde vivió sus últimos días.

[6]​Asimismo, gran parte de lo que fue su fundo original, hoy se corresponde con la actual ciudad de Monte Águla, y con el Fundo La Mancha, del empresario Manuel Recart Matus.