[1] Su primera mención se produjo entre 386 y 387, cuando ejerció el cargo de magister officiorum.
El profesor de retórica antioqueño Libanio, le dio las gracias en un discurso al respecto.
Se ha propuesto que Cesario, a pesar de ser ortodoxo, no era lo suficientemente estricto contra los herejes.
[4] En el año 397, fue nombrado cónsul anterior con Nonio Ático Máximo, un antiguo prefecto pretoriano de Oriente.
Cesario posteriormente erigió un santuario para San Tirso, y una tumba para él mismo, cerca del edificio.