El encuentro de 1992 entre los excampeones mundiales de ajedrez Bobby Fischer y Borís Spaski fue anunciado como un Campeonato Mundial, aunque no tuvo ningún carácter oficial.
Fue una revancha del Campeonato Mundial de Ajedrez 1972 en el que Fischer consiguió el título.
Aunque hubo una cobertura mediática sustancial, el interés público en la histórica revancha entre Fischer y Spaski no fue, ni de cerca, tan grande como lo había sido en el Campeonato Mundial de 1972.
Fischer, sin embargo, no estaba contento con el formato del Campeonato Mundial.
En ese momento, el formato era un encuentro a 24 partidas, resultando ganador el primer jugador en llegar a los 12½ puntos; si las partidas quedaban empatadas 12-12, entonces el encuentro terminaría, el premio se dividiría, y el campeón retendría su título.
A Fischer no le gustaba este formato porque el jugador que lideraba la partida podría jugar buscando las tablas en lugar de jugar para ganar, y con cada partida empatada estaría más cerca del título.
En su encuentro por el título contra Spaski en 1972, desde la partida 14 a la 20 acabaron todas en tablas.
Este estilo de ajedrez no le gustaba a Fischer.
En lugar de eso, Fischer exigió que el formato se cambiara al que fue utilizado en el primer Campeonato Mundial, entre Wilhelm Steinitz y Johannes Zukertort, donde el ganador fue el primer jugador en obtener 10 victorias sin contar las tablas.
En caso de una puntuación de 9-9, el campeón hubiese retenido el título, y el premio se hubiese dividido en partes iguales.
[3] En respuesta, Fischer se negó a defender su título, y Kárpov fue declarado Campeón del Mundo por incomparecencia.
Diecisiete años después, Fischer entabló negociaciones con patrocinadores dispuestos a financiar un encuentro bajo su formato propuesto, y llegó a un acuerdo con el millonario yugoslavo Jezdimir Vasiljević.
También afirmó que todas las partidas de los encuentros del Campeonato Mundial de la FIDE, en los que participaron Kárpov y sus competidores Korchnói y Kaspárov, tenían resultados preacordados.
Spaski tenía una puntuación Elo de 2545 en ese momento (empatado entre el puesto 96 y el 102 de la lista FIDE), muy por debajo del campeón mundial y número uno Garri Kaspárov que tenía una puntuación de 2790.
Fischer no tenía puntuación porque se encontraba inactivo en ese momento.
[11] Kaspárov no se tomaba demasiado en serio a Fischer, afirmando que «El juego de Bobby está bien, nada más.
[12] Jeremy Silman escribió que el nivel de Fischer era inconsistente: las partidas 1 y 11 fueron muy respetables, pero el nivel de juego general estaba por debajo de las partidas del campeón del mundo Kaspárov.
[13] Después de la victoria, Fischer se autoproclamó como el «campeón del mundo invicto».
Su condición de campeón mundial en 1992 no es reconocida.
[14] Las dos ciudades en las que se disputaron las partidas se encontraban en el mismo país, la República Federal de Yugoslavia, que estaba sujeta a las sanciones deportivas de la ONU debido a la disolución de Yugoslavia.
La participación de Fischer llevó a un conflicto con el gobierno estadounidense, que advirtió a Fischer de que su participación en el encuentro violaría una orden ejecutiva que imponía sanciones de Estados Unidos a Yugoslavia.
Después de eso, Fischer vivió su vida como un exiliado.
Fischer nunca volvió a jugar competitivamente después de ese encuentro, y murió en 2008.
En cuanto a Spaski, este encuentro resultó ser su último gran desafío.
Continuó jugando eventos ocasionales, pero nunca volvió a participar en un ciclo del campeonato mundial.