El término proviene del torneo organizado el año de 1929 en Barcelona, en el marco de la Exposición Universal, cuando se le pidió a Savielly Tartakower que creara una nueva variante en homenaje a la singular historia del ajedrez en Cataluña.
Aun así se había usado algunas veces antes de que Tartakower la usara en el torneo.
Sin ir demasiado lejos, en la partida Réti-Leonhardt del año 1928 en Berlín, se hizo un intercambio inicial casi idéntico.
El concurso lo ganó el GM polaco Savielly Tartákover, que se embolsó las 150 pesetas de la época.
Magnus Carlsen es uno de los jugadores contemporáneos que más veces utilizan la apertura catalana en sus partidas.