Lincoln (Dominic Purcell), Nika (Holly Valance) y Michael (Wentworth Miller) van por la autopista cuando otro coche se les acerca por detrás.
El trío sale como puede del coche, y Bellick los retiene a punta de pistola.
Mientras flirtea con Kellerman (Paul Adelstein), a Sara (Sarah Wayne Callies) le suena el teléfono.
En realidad, el testigo que le llevó a la cárcel no está allí: todo fue una trampa del FBI.
Al oír esto, Abruzzi dice que sólo se arrodilla ante Dios y saca el arma.