El Barça fue casi todo el tiempo perdiendo, llegando al descanso 10 puntos abajo (35-25).
Los hombres de Aíto sacaron todo su genio, robaron dos balones, Karnišovas anotó un triple, Galilea un ‘2+1’ y Montero lanzó el balón del título cuando los griegos no tenían ya tiempo material para reaccionar (67-66).
El Barça impugnó el acta del partido cinco minutos después de concluir el mismo, debido a las irregularidades cometidas en los últimos compases de la final.
Los colegiados, citados a declarar en el hotel Concorde Lafayette tras el partido, reconocieron su error en el tapón ilegal de Vrankovic.
Finalmente la FIBA desestimó el recurso del Barça y la Copa se fue para Atenas, tras una final que acabó a las cuatro de la madrugada en un hotel de París.