Filología

A veces se utiliza «filología helenística» queriendo designar la «filología griega» en su más amplio sentido, pero la calificación de «helenístico» es preferible sea restringida al determinado periodo y cultura tardíos de la lengua griega clásica, por lo demás dispersa y frecuentemente entremezclada con el cristianismo.A este periodo corresponden autores tan eminentes como Longino, Filón de Alejandría o Plotino.Por eso se le consideraba la persona ideal tanto para explicar los textos como para reconstruirlos, modernizarlos y restaurarlos.Las experiencias adquiridas y los materiales empleados en esta actividad se irían recogiendo en léxicos, repertorios, inventarios, etc.Puede decirse que se instauró la pasión bibliográfica en el destino buscado de restituir a los clásicos grecolatinos y los textos escriturísticos.La recuperación de los textos clásicos fue posible porque durante la Edad Media, los monasterios europeos se dedicaron a estudiar y archivarlos.En cualquier caso, la filología había continuado su labor, quizás un tanto ensimismada o encerrada, con centro en los textos escritos, pero también definitivamente abierta a los aspectos más sincrónicos de la tradición oral así como a las nuevas circunstancias tanto teóricas y críticas como instrumentales propiciadas por los medios digitales.Es de señalar la difícil relación durante el siglo XX del ámbito más característicamente filológico con cierta Lingüística estructural y formalista.Entonces, el trabajo del profesional en filología no abarca únicamente conocimientos sobre letras y literatura, sino también sobre geografía, cultura, sociología, humanidades, entre otros muchos.Quirós (2001) define la filología como: «La captación-comprensión del contenido de un texto, mediante el análisis lingüístico-gramatical, tendiente hacia su interpretación histórica, cultural y, principalmente, literaria» (p. 232).Mientras que en la filología la crítica constituye un elemento medular al permitir establecer los múltiples sentidos de un texto (Quirós, 2001), en la Lingüística este aspecto ocurre en menor medida, pues su mayor ocupación es el estudio sistemático del lenguaje humano y las formas específicas en que este se realiza (Coseriu, 1986).Otra disimilitud que se relaciona con la criticidad es el tratamiento del carácter normativo de la lengua en ambas ciencias.Por un lado, la filología se centra en el uso normativamente correcto del lenguaje al intentar establecer la forma más prestigiosa para expresarse en registros escritos y orales.Por otro lado, la normatividad no es un criterio esencial para la Lingüística, ya que su mayor interés reside en estudiar la lengua como realización del lenguaje.Hjelmslev (citado en González, 2003) afirma en su teoría glosemática que aunque ambas ciencias estudian el lenguaje, la filología se interesa por estudiarlo en los textos como una forma de conocimiento histórico y literario; mientras que la Lingüística se dedica a analizarlo desde un nivel estructural o sistemático.En estos términos, tanto la lingüística como la filología aportan conocimiento a la sociedad desde diversos campos de estudio.Asimismo, cabe destacar el abordaje de la lengua que realizan ambas ciencias, no solo en términos estrictamente lingüísticos, sino también sociales, culturales e históricos.Más allá de ser una habilidad distintiva, el lenguaje constituye un elemento medular para establecer los procesos comunicativos, estructurar el pensamiento y construir el aprendizaje en las personas.En una sociedad que privilegia el desarrollo de las ciencias puras sobre las humanas, la Lingüística y la filología vienen a ser disciplinas cruciales en la defensa del lenguaje y sus manifestaciones artístico-culturales como esos instrumentos de uso que han acompañado a la humanidad desde sus orígenes.Con respecto a la Hermenéutica, la filología se confunde con esta en la medida en que ambas buscan el significado de los textos o su interpretación.Pudiera decirse que existen tantas filologías como culturas, o como lenguas, pero estas no son magnitudes correspondientes ni a veces tienen independencia.Por otra parte, al margen de la filología árabe, respecto del mundo africano subsahariano es preciso subrayar por su parte que el Africanismo se funda en lenguas y áreas culturales originalmente orales, sin escritura, es decir que solo cabe concebir su configuración filológica desde la aplicación moderna, ya se trate desde las lenguas autóctonas o desde las europeas importadas o coloniales.Aún más que esta última, la filología española como hispánica ha tenido y configura una extensísima proyección americana o Hispanoamericana.
Piedra de Rosetta , estela escrita en tres lenguas, antiguo egipcio jeroglífico , demótico y griego , que sirvió al egiptólogo Jean-François Champollion para descifrar la escritura jeroglífica egipcia.