Fibrodisplasia osificante progresiva

Desde el siglo XIX ha habido referencias esporádicas en la literatura médica describiendo a pacientes que, aparentemente, "se volvieron como piedra".

Münchmeyer describe la enfermedad en 1969, aunque la primera mención del cuadro patológico fue hecha por Guy Patin en 1692.

El avance de la enfermedad es progresivo, según se desarrolla aparecen deformidades, discapacidades funcionales y perturbaciones conductuales.

La fibrodisplasia es progresiva, ocasionando deformidades en la medida que avanza, hasta provocar incapacidad y trastornos de conducta.

En la actualidad no hay tratamiento farmacológico o quirúrgico que sea eficaz contra esta enfermedad.

La Fibrodisplasia osificante progresiva se transmite con un patrón autosómico dominante