Festival Internacional del Cine de San Sebastián de 1957
Tras su celebración, las autoridades cinematográficas españolas trabajaron para recuperar el reconocimiento de la FIAPF y salvar el festival.Contaba para ello con el asesoramiento del jurista Gregorio Marañón Moya, representante en España de la asociación.Esta era la misma categoría que tenían los festivales de Cannes, Venecia o Berlín.Zulueta había sido fundador del Cine Club Ateneo, era entonces presidente del Real Club Náutico, hablaba varios idiomas y tenía una selecta y extensa red de relaciones sociales.Países Bajos concursó con El holandés volador, biografía de Anthony Fokker que la crítica consideró lenta y tópica.Por razones ideológicas, estas películas fueron visionadas con especial cuidado por las autoridades franquistas antes de darles el visto bueno.Cifesa era la encargada de la distribución del filme en España, consideró que la exhibición en el Festival sería una buena producción y corrió con los gastos.También asistieron la actriz británica Brenda de Banzie y la india Bandana Das Gupta, cuya hermana Sonali estaba por entonces unida sentimentalmente a Roberto Rossellini.La visita del francés Daniel Gélin y su esposa se vio ensombrecida por la trágica muerte accidental de su hijo Pascal, conocida cuando ya habían abandonado la ciudad.Entre los asistentes españoles se puede citar a Licia Calderón, Lola Flores, Trini Montero, Lina Rosales o Silvia Morgan.En este grupo también se puede incluir a la francesa Marion Mitchell, que desarrollaba su carrera en España.Ese mismo día fue la delegación mexicana quien ofreció una mariscada en una típica sociedad gastronómica de la ciudad.Para concluir, el fallo del jurado fue hecho público durante una cena de gran gala celebrada en el Hotel María Cristina.Puesto que quedaban fuera de la competición oficial, podrían participar también los filmes no presentados a concurso.Además, el Comité Ejecutivo del Festival concedió una Concha de Plata extraordinaria a Federico Fellini «como reconocimiento a su obra cinematográfica y por su atención al participar en el Festival de San Sebastián».La obtención de la máxima categoría atrajo al Festival a otras organizaciones cinematográficas que concedían premios.El Círculo de Escritores Cinematográficos concedió un premio al mejor guion original: Como venía haciendo en otros festivales, la Oficina Católica Internacional del Cine también acudió a San Sebastián para premiar a la película que reuniera mejores valores cinematográficos y morales: Un jurado de críticos concedió también sendos premios al mejor largometraje y al mejor cortometraje: Por último, el Cineclub San Sebastián concedió un premio a la película más apropiada para su exhibición en cineclubs: Desde un primer momento, la crítica cinematográfica consideró que gran cantidad de los largometrajes seleccionados no merecían figurar en un festival de categoría «A».