Los primeros trenes fueron motores Stephenson importados de Gran Bretaña.
Las máquinas se llamaban Pijl, que significa flecha, Olifant, que significa elefante, y "Stephenson" (obviamente, en honor a su diseñador).
En 1840, Gante, Brujas, Ostende, Amberes, Malinas, Bruselas y Lovaina estaban conectadas.
Las líneas que debían llegar a Lieja, Mons y Kortrijk se completaron parcialmente.
Se denominó SNCB (Société Nationale des Chemins de Fer Belges) o NMBS (Nationale Maatschappij der Belgische Spoorwegen), nombre similar al de la red ferroviaria francesa, SNCF.
Los ciudadanos belgas, especialmente los estudiantes y los ciudadanos mayores, reciben incentivos y tarifas más baratas para aliviar la congestión de las carreteras del país.
Los empleados del sector público tienen derecho a un abono gratuito o muy subvencionado para desplazarse en tren.