La caja de cambios volvió a montarse en el bloque en sentido transversal, mejorando la distribución del peso en la parte trasera.
Los resultados al inicio de la temporada fueron prometedores, con podios para ambos pilotos y el coche se estableció como líder.
En Imola, Berger comenzó en la primera fila y marcó la vuelta más rápida, liderando la carrera antes de estancarse en las paradas en boxes.
La decepción continuó en el Gran Premio de Italia, donde los Ferrari consiguieron una primera y segunda posición tras las paradas en boxes.
Alesi parecía dispuesto a ganar su segundo Gran Premio, pero posteriormente se retiró por un fallo en el rodamiento de una rueda cuando sólo quedaban 8 vueltas para el final.