Fermín Emilio Lafitte

En 1955 apoyó el golpe de Estado autodenominado Revolución Libertadora que derrocó al presidente Juan Domingo Perón;[1]​ impulsó en los días previos al golpe los comandos civiles, que —si bien no jugaron un papel militar relevante— combatieron contra las tropas leales al gobierno constitucional del presidente Perón en Alta Córdoba, y mantuvieron escaramuzas ocupando a través de asaltos los edificios públicos, constituyendo un factor de enlace permanente con los militares golpistas.

[cita requerida]En ocasión de la revolución peronista de ese año, tras ser derrotados los líderes revolucionarios - entre ellos el general Juan José Valle - el líder radical Arturo Frondizi solicitó en una entrevista con Lafitte su intercesión para evitar la ejecución de los oficiales rebeldes vencidos, a lo que el Administrador Apostólico respondió que "La caridad no puede impedir la justicia".

[6]​ Entre las escasas iniciativas que alcanzó a llevar adelante se contó la celebración del centenario del inicio de las relaciones diplomáticas oficiales entre la República Argentina y la Santa Sede.

Su muerte sucedió cuando se disponía a dar misa en una visita a la Escuela Naval, las tropas estaban formadas y sonaba el clarín cuando Lafitte se sintió súbitamente mareado; murió diez minutos después.

[9]​ Una plaza en el barrio de Monte Castro (Buenos Aires) recuerda a este efímero arzobispo porteño.