Felipe de Fonsdeviela

Fonsdeviela da sentido a las reformas del nuevo obispo y su preocupación sobre la ciudad, su censo y el censo global de la isla, la creación de Hospitales e instituciones de mujeres marginales, etc. Fue Fonsdeviela quien, en 1773, hizo derribar la antigua iglesia mayor parroquial de La Habana —muy dañada por un terremoto—, aprovechando los escombros para hacer los cimientos del palacio de los gobernadores de la isla que, a pesar del interés del marqués de la Torre, no pudo ver terminado antes de su salida del gobierno, en 1777.

Durante su mandato se iniciaron muchas obras de utilidad pública y se terminaron otras que elevaron La Habana al nivel de las principales ciudades de América.

Prohibió los techos de «guano», y comenzó el primer empedrado que tuvo la ciudad.

Felipe de Fonsdeviela fue quien comenzó a interesarse por las posibilidades del tabaco en la comarca occidental de Cuba, la que hoy es conocida como Vuelta Abajo, donde se produce lo que se considera el mejor tabaco del mundo.

Repartió las primeras tierras a los vecinos de este lugar, ordenando al mismo tiempo a un subalterno calificado para que eligiera el lugar más adecuado para este pueblo y fijara los límites de su jurisdicción.