Familia Echave

El caso de la familia Echave, que jugó un papel decisivo en la pintura mexicana del siglo XVII, es un ejemplo claro de cómo unos artistas que habrían sido meros epígonos en España, se convirtieron en orientadores y figuras de primer orden en México.

Lo mismo que ocurría en la Edad Media el oficio se transmitió por tradición familiar.

Y, así, vemos cómo los sucesivos miembros de dicha familia no dejaron de ocupar, durante varias generaciones, un papel relevante en la pintura hispanoamericana del siglo XVII.

El primer miembro de la familia fue Baltasar de Echave Orio, artista vasco nacido a mediados del siglo XVI que marcha a México en 1573.

Estos paisajes, realizados en cobre, como ha señalado Angulo, se deberán a la moda flamenca impuesta por este tipo de obras y a la gran aceptación que tuvieron en España.

Sin la personalidad de Echave Ibía, su hermano, Manuel, fue también pintor de interés en el que a las influencias manieristas se superponen otras, más modernas, tenebristas.

Con las tres generaciones de pintores de la familia Echave, la evolución experimentada por la pintura mexicana desde finales del siglo XVI hasta el último tercio del siglo XVII queda perfectamente trazada, con independencia de los otros pintores, no menos importantes, que trabajaron por esos años en México.