[1] El uso comercial del término factor de transferencia probablemente hace referencia a otra sustancia[2] derivada de la yema del huevo o del calostro vacuno y que se vende como complemento alimenticio oral bajo el mismo nombre asegurando tener efectos en el sistema inmune.[8] No se conocen los efectos farmacocinéticos y farmacodinámicos de estas sustancias, ya que se desconoce totalmente su mecanismo de acción.[5] Al tratarse de una linfocina, la competencia de su estudio corresponde a la CBER,[9] la cual ha determinado que no hay autorización para realizar estudios con estas sustancias.Los factores de transferencia solo pueden comercializarse como complementos alimenticios para administración por vía oral, y la comercialización por otras vías de administración (como tópica, sublingual, intravenosa, etcétera) se considera ilegal.[14] No se ha demostrado que posean propiedades terapéuticas.