Factorías Vulcano S.A. era un astillero español dedicado a la construcción de grandes buques.[3] El astillero fue fundado en el año 1919 por Enrique Lorenzo Docampo y Ludovico Morlon en la ciudad de Vigo.Gracias a este impulso financiero y a un gran esfuerzo en la austeridad de los gastos, la empresa se va haciendo poco a poco con diversa carga de trabajo, en esta época Enrique Lorenzo realizaba jornadas laborables de 12 o 14 horas, incluyendo los domingos y días festivos.Con estas políticas empresariales la empresa progresa de forma satisfactoria y a principios de esta década se alcanza una plantilla de 40 empleados, asimismo durante estos años al taller se le empieza a conocer como «La Vulcano», pues en las proximidades del taller había existido con anterioridad una fundición llamada con el mismo nombre.El barco fue encargado por el propio Enrique Lorenzo y posteriormente fue vendido a la Naviera Condal.Inicialmente la nueva sociedad fue presidida por el constructor naval Luis Iglesias, pero fue reemplazado al poco tiempo por Enrique Lorenzo.En 1961 la plantilla del astillero Vulcano estaba formada por 780 trabajadores, incluyendo 42 técnicos y 98 administrativos.Durante estos años y coincidiendo con el despegue económico de España, la empresa construye numerosos buques pesqueros congeladores y arrastreros por popa para armadores gallegos y del resto del país, quienes siguiendo la estela revolucionaria de Pescanova en el sector de la pesca extractiva, decidieron sustituir sus viejos pesqueros por otros más modernos.[6] La crisis del petróleo de 1973 y la elevada conflictividad laboral existente en España durante los últimos años del Franquismo y los primeros de la transición,[20][21] provocaron un efecto negativo en nuevos pedidos para la construcción naval.[22] Para intentar paliar la situación, el gobierno de Adolfo Suárez promovió la concesión de créditos blandos a los armadores, momento en el que Factorías Vulcano se introdujo a mayor escala en la construcción naval mercante, para lo cual ampliaría la grada y otras instalaciones.[23] Entre las construcciones destacadas a lo largo estos años, figuran cuatro rolones llamados Al Baraka 1 (ex Antonio Suardiaz),[24] Rivainfanzón,[25] Volcán de Timanfaya[26] y Volcán de Tisalaya.En esa etapa el astillero se encontraba en una situación comprometida, en la que escaseaban los contratos y afectada por una gran conflictividad laboral.[41] Los beneficios obtenidos con en esta operación permiten a Factorías Vulcano adquirir la sociedad Sadeca, con sede en Mejorada del Campo (Comunidad de Madrid), a la que se transfirió la fabricación de calderas.En el año 2000 superada una breve crisis en el grupo empresarial,[2] Vulcano se desprendió de su filial Santaz Censa ubicada en Porriño cuya actividad era la fabricación de calderería pesada, que fue vendida a Carlos Mouriño,[46][47] empresario gallego afincado en México.Dentro de este periodo se produjo el desastre del Prestige, la marea negra provocada por el hundimiento de este buque afectó gravemente a la costa gallega y a su entorno natural.La construcción del buque fue iniciada por los desaparecidos Astilleros de Sevilla y el casco inacabado del mismo se trasladó a Vigo en el año 2013,[57] una vez el astillero sevillano entró en proceso de liquidación.[84] También hizo entrega a armadores privados e instituciones públicas de otro tipo de embarcaciones, como por ejemplo: dragas, ferris-crucero,[85] graneleros, mercantes frigoríficos, multipropósitos, oceanográficos, offshore, petroleros, portacontenedores, quimiqueros, remolcadores, rolones y sísmicos.[87] Su último ferri-crucero entregado fue el MV Jean Lapierre (ex MS Villa de Teror) en 2019 nuevamente a Trasmediterránea,[86] siendo también el último buque construido por Factorías Vulcano en sus cien años de historia.[84] Principalmente estos barcos eran por encargo de empresas pesqueras gallegas o españolas, aunque también realizó proyectos para armadores de Argentina, Países Bajos, Rusia, Unión Soviética y Uruguay.A estas navieras hizo entrega de más de una docena de unidades, como por ejemplo: Bro Anton,[99] Bro Atland,[99] Calajunco,[100] Eloísa, Fure Ferder (ex Mar Daniela),[101] Filicudi M, Leticia, Mar Adriana,[102] Mar Elena,[102] Primo M,[103] RN Arjánguelsk,[104] RN Murmansk, RN Privodino, Vicuña[105] o Vulcano M,[106] entre otros.A lo largo del decenio que abarca de 1974 a 1984, coincidiendo también con los últimos años en los que Enrique Lorenzo Docampo dirigió la compañía, diversas navieras y armadores encargaron a la factoría gallega la construcción de varios rolones o cocheros (igualmente denominados Ro-Ro), buques destinados al transporte vía marítima de carga rodada.Entre sus principales clientes relacionados con este segmento de buques se encontraban Interroll, Navicar o Suardiaz Group, así como los conocidos armadores Antonio Armas Fernández y Fernando Fernández Tapias.[108] Tres años después se hace entrega a la misma naviera del Boa Sub C. cuya eslora es 20 metros mayor que la del Boa Deep C., la construcción del casco de este offshore fue subcontratada a un astillero chino y posteriormente fue trasladado a Vigo para su finalización.[50] En su palmarés también figuran otros buques y estructuras flotantes no vinculados con los sectores anteriormente citados.En 2010 el sísmico PGS Apollo construido por Factorías Vulcano consigue el tercer puesto en el Concurso Buques Destacados que organiza anualmente la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España (AINE).Factorías Vulcano contaba con secciones deportivas de atletismo, fútbol[38] y balonmano, entre otras.[118] Desgraciadamente el club no pudo seguir con su actividad deportiva como consecuencia de una crisis económica sufrida por la empresa en el año 1971,[119] el equipo en plena temporada tuvo que abandonar la liga después de disputar solamente tres partidos.