Félix Nieto de Silva
A pesar de su destacada participación en numerosas escaramuzas, el hecho de haber tomado parte en varios duelos frenó su ascenso en el ejército, manteniendo durante 17 años el grado de capitán de caballería.En 1671 fue ascendido a maestre de campo, asignándosele el gobierno de Alcántara, en cuyo cargo se mantuvo cuatro años.[2] Tras una corta estancia en Madrid, en 1680 fue designado capitán general de Canarias y presidente de su Real Audiencia, cargo que inicialmente se negó a aceptar por considerarlo un destierro y un retraso en su carrera; la intermediación del duque de Medinaceli, Juan Francisco de la Cerda, y las órdenes de Carlos II le obligaron a ocupar el puesto en 1681.[2] A diferencia de sus antecesores, que habitualmente no fueron bien vistos por las autoridades locales ni por la población en general, Nieto de Silva fue ampliamente respaldado y apreciado en las islas.Dejó escrita una Autobiografía, terminada en 1690 pero editada por vez primera en 1888 por Antonio Cánovas del Castillo.