Falleció asesinado por error por un soldado británico, cuando se encontraba como prisionero de guerra.
Durante el traslado del inutilizado ARA Santa Fe en la costa de la caleta Vago, el submarino comenzó a perder flotabilidad y el oficial naval argentino Capitán Horacio Bicain alertó al Suboficial Artuso y le ordenó ajustar los sistemas de baja presión para reequilibrar la embarcación a fin de evitar que escorara y zozobrara.
[6] La orden fue transmitida directamente al Suboficial Artuso quien tenía un transmisor que colgaba de su pecho.
Artuso tomó las palancas correctas para ajustar la presión del aire como se le había ordenado para hacer frente a la flotabilidad del submarino y en este punto, el guardia británico que lo custodiaba, malinterpretó las acciones y le disparó cinco tiros, falleciendo instantáneamente.
[1][6] Frente a la Comisión de Investigación el guardia de la Marina Británica alegó que él «nunca había escuchado» la orden que se le pasó al Suboficial y pensó que éste estaba a punto maniobrar una válvula para provocar el hundimiento del submarino.
[15] Hasta la actualidad, los familiares del suboficial no han podido visitar la tumba en Grytviken.