La mayoría se dirigen a ver la tumba de Shackleton, por lo que es un sitio bastante popular.No se permiten más de 100 visitantes a la vez para evitar destrozos.[3] Otto Nordenskjöld describió el lugar en 1902 al fondear en la caleta Maiviken, diciendo:[4]Cuando Schakleton falleció, fue velado en la iglesia noruega de Grytviken y trasladado a Montevideo —en Uruguay— para su posterior entierro en Gran Bretaña.[6] Cada estación ballenera, las cuales cerraron hacia mediados del siglo XX, tuvo su cementerio respectivo.