Franklin era un oficial de la Armada Real y un experimentado explorador que ya había participado anteriormente en tres expediciones árticas, las dos últimas como comandante en jefe.
Animadas en parte por la fama de Franklin —y en parte por la recompensa ofrecida por el Almirantazgo— muchas expediciones se lanzaron a su búsqueda, siendo así que durante cierto período de 1850 participaban en la búsqueda once buques británicos y dos estadounidenses.
Una búsqueda dirigida por Francis Leopold McClintock en 1859 descubrió una nota en la isla del Rey Guillermo, que habían dejado allí con detalles sobre el destino de la expedición.
La propia geografía del continente americano causó que estas expediciones se fuesen desplazando gradualmente hacia el Ártico canadiense.
[5]: 1–38 América siguió siendo un enorme escollo para la navegación hacia Asia hasta 1914, cuando finalmente se inauguró el Canal de Panamá.
Durante las siguientes cuatro décadas, los exploradores John Ross, David Buchan, William Edward Parry, Frederick William Beechey, James Clark Ross, George Back, Peter Warren Dease y Thomas Simpson hicieron productivos viajes a la región ártica canadiense.
Parry, su primera elección, alegó estar cansado del Ártico, y educadamente rechazó el mando.
[7]: 65–74 Barrow sopesó la candidatura de George Back, pero no lo propuso porque le consideraba demasiado polémico.
[7]: 65–74 Francis Crozier, otro posible candidato, era irlandés y de baja cuna, lo que jugó en su contra.
A Fitzjames se le dio el mando del Erebus, y a Crozier, que había mandado el Terror durante la expedición antártica de Ross en 1841-1844, se le nombró oficial ejecutivo y capitán del Terror.
Además, las hélices llevaban protecciones de hierro para evitar que se dañaran con el hielo.
[9]: 25 y 158 Goldner fabricó precipitadamente 8000 latas, que según se supo más tarde habían sido soldadas con plomo, además de que «se hicieron de una forma burda y descuidada, haciendo que el plomo se infiltrase al interior de la lata como cera derretida».
[7]: 80 Después del fracaso de las tres expediciones, la preocupación e interés del pueblo británico por el Ártico fue en aumento y «la búsqueda de Franklin se convirtió en nada menos que una cruzada».
En concreto, Rae compró a los inuit de Pelly Bay varios tenedores y cucharas de plata más tarde identificados como pertenecientes a Fitzjames, Crozier, Franklin y Robert Osmer Sargent, primer oficial del Erebus.
[12]: 2 La señora Franklin, al no conseguir convencer al gobierno para que organizase y financiase otra búsqueda, se encargó de hacerlo personalmente, para lo que le propuso a Francis Leopold McClintock comandar esa expedición.
[9]: 63 Durante la expedición descubrieron los restos de entre seis y catorce hombres en un lugar próximo a donde McClintock encontró el bote salvavidas, y también encontraron varios objetos de la expedición, incluyendo una bota completa que llevaba unos clavos improvisados en la suela para facilitar el agarre al hielo.
Barbara Schweger, una especialista en indumentarias árticas, y el patólogo Roger de Amy, ayudaron en la investigación.
[9]: 130–145 Beattie y su equipo descubrieron que alguien había intentado exhumar a Hartnell.
[9]: 146–147 Cuando fue exhumado, el equipo de investigación observó que su entierro había sido apresurado.
En 1995, fue organizada una expedición conjuntamente por Woodman, George Hobson y el aventurero estadounidense Steven Trafton, con cada uno de los equipos buscando por su lado.
Woodman, con dos compañeros, viajó al sur desde la bahía Wall hasta Victoria Point, investigando todos los lugares a lo largo de la costa donde pudiesen haber acampado los hombres de Franklin, encontrando solo algunas latas oxidadas en un campamento hasta entonces desconocido cerca del cabo Maria Louisa.
En 1997, la compañía cinematográfica canadiense Eco-Nova organizó la expedición «Franklin 150» para investigar con el uso de sonar los puntos localizados en 1992 en los que había fuertes señales magnéticas.
Se exploraron aproximadamente 40 kilómetros cuadrados cerca de la isla Kirkwall sin resultado.
Se filmó un documental sobre la expedición titulado Oceans of Mystery: Search for the Lost Fleet, producido por Eco-Nova.
En agosto de 2008, se anunció una nueva búsqueda que iba a ser dirigida por Robert Grenier, un arqueólogo del organismo Parks Canada.
[30] Su localización se encontraba muchas millas al sur de la última ubicación conocida del Terror.
Los estudios del FEFAP sobre el terreno, con las correspondientes excavaciones y exhumaciones, duraron más de diez años.
Como apareció escrito en The Athenaeum: «Pensamos que compensaba hacer el gasto y el esfuerzo a la vista de los resultados de esas expediciones árticas, aunque nos preguntásemos si en definitiva merecía la pena correr tantos riesgos para alcanzar algo tan difícil y que una vez alcanzado era algo sin utilidad».
Entre las más conocidas baladas contemporáneas sobre Franklin está "Northwest Passage" (1981), del cantante folk de Ontario Stan Rogers, que ha sido denominada como el himno nacional no oficial de Canadá.
La expedición también ha inspirado numerosos grabados e ilustraciones populares junto con muchos panoramas, dioramas, imágenes para la linterna mágica y espectáculos.