Este artículo resume la prehistoria reconstruida de los pueblos afroasiáticos: semitas, egipcios, bereberes, etíopes, cushitas, chadianos y omóticos durante el período en que todavía se estaban diferenciando unos de otros.
Ya en el período estrictamente histórico, los pueblos afroasiáticos estuvieron asociados a los primeros imperios.
Debe evitarse usar el término camítico-semítico como sinónimo de afrosiático, puesto que aún coincidiendo en gran parte no son idénticos.
En la clasificación de Greenberg algunas lenguas previamente como camíticas no parecían emparentadas con el resto, mientras que otras lenguas que habían sido excluidas de entre las camitas tenían importantes parecidos con la familia afroasiática.
Durante milenios, pueblos que hablaban lenguas afroasiáticas extendieron su influencia desde las tierras altas de Etiopía, hacia el norte hasta llegar a Oriente Medio y hacia el oeste llegando a dominar culturalmente todo el norte de África.
Por lo que respecta a los rebaños salvajes de bóvidos estos se expandieron desde la zona circun-mediterránea hasta la zona norte de Etiopía algo después del 11500 a. C. cuando el clima se volvió algo más húmedo en el Sáhara Oriental.
Las expansiones ulteriores de los pueblos asociados al proto-boreoafroasiático son más recientes y mejor atestiguadas por la arqueología: (a) Los hablantes de proto-chádico se supone que entraron en la cuenca del lago Chad hacia el sexto milenio a. C. y durante el quinto milenio los grupos descendientes del proto-chádico se expandieron sobre la enorme extensión que ahora ocupan que van desde el centro del Chad hasta el norte de Nigeria, un territorio ocupado por unas 100 lenguas chádicas.