El exilio de Mawza (expulsión de los judíos yemenitas a Mawza) en en hebreo:גלות מוזע, 1679-1680, se considera el acontecimiento más traumático experimentado colectivamente por los judíos del Yemen,[1][2] en el que los judíos que vivían en casi todas las ciudades y pueblos del Yemen fueron desterrados por decreto del rey, Imām al-Mahdi Ahmad, y enviados a una región seca y estéril del país llamada Mawza, para soportar su destino o morir.
[b] El rey exigió inicialmente su conversión al Islam y, cuando se negaron, los hizo salir al sol sin ropa durante tres días, a lo que siguieron decretos más severos.
Cuando se determinó que estas leyes se aplicaban efectivamente al Yemen, ya que el país era una parte indivisible de la península arábiga, entonces se impuso a los judíos que vivían en el Yemen la obligación de convertirse al islam o de abandonar el país.
Su difícil situación pronto se dio a conocer a los miembros de las tribus yemeníes locales, cuyos jefes y principales hombres se compadecieron de su condición e intervinieron en su favor.
Se presentaron ante el rey y preguntaron sobre el decreto, e insistieron en que los judíos habían sido leales a su rey y no habían ofendido a los pueblos árabes, ni habían hecho nada digno de muerte, sino que solamente debían ser castigados un poco por su «inflexibilidad» en lo que respecta a la religión del Islam.
El rey, aceptando su consejo, eligió no matar a sus súbditos judíos, pero decidió desterrarlos de su reino.
Debían ser enviados a Zeila, un lugar a lo largo de la costa africana del mar Rojo, donde serían confinados de por vida, o bien arrepentirse y aceptar los principios del Islam.
Los grandes le recordaron al rey cómo habían sido fieles en el cumplimiento de sus órdenes.
Al oír esto, el rey accedió y envió órdenes para que los exiliados judíos fueran conducidos solamente a Mawza.
El autor concluye diciendo: «Ahora, este decreto de exilio fue al comienzo del Anno Mundi 5440 (= 1679 EC), y el Dios bendito nos redimió al final [del año]; la señal del cual es: 'El castigo de tu iniquidad terminó' (Lamentaciones 4:22).» "Aquí, el autor hace un juego de palabras; la palabra hebrea para «terminó» (heb.
[27] El rabino Yiḥyah Salaḥ (conocido por el acrónimo Maharitz) ofrece un relato muy cautivador de estos horribles acontecimientos que sufrieron los judíos de Saná en los años anteriores a su expulsión, así como cuando abandonaron su ciudad, basándose en un documento manuscrito conservado y copiado por las generaciones posteriores.
ghiyār) destinadas a humillar a los judíos y que no solamente les prohibían montar en burros y caballos, sino también caminar o pasar al lado derecho de cualquier musulmán.
Los judíos debían pasar únicamente por el lado izquierdo de todos los musulmanes.
[31] En 1934, cuando Carl Rathjens visitó Saná, la población judía de la ciudad se había incrementado a unos siete mil.
Un baño público judío en Saná fue cedido y pasó a ser propiedad del Waqf musulmán.
en la sinagoga del Barrio Judío, que los desterró de Saná y los trasladó a un lugar apropiado para ellos, [un lugar] que ahora se conoce como Qāʻ al-Yahud en el lado occidental de Saná, tal como lo ha insinuado el juez erudito, Muhammad b. Ibrahim al-Suḥuli, etc.».
Otro hombre que presenció estos acontecimientos, Shalem 'Ashri, también escribió un poema suplicante sobre los acontecimientos de ese año - el Exilio de Mawzaʻ, ahora conservado en el yemenita diván,[50] cuyo mismo poema está destinado a ser cantado como un lento canto de luto por uno o, como máximo, dos individuos, que luego son respondidos por otros que se sientan en la asistencia.
Su propio nombre se escribe en forma acróstica en las primeras letras de cada estrofa:[50] Original .אזילדמעותי כמטר יזלו / על כל בני חמדה בגלות הלכו.
En un poema del subgénero conocido como qiṣṣa (cuento poético), compuesto principalmente en judeoárabe con dos únicasvestrofas escritas en idioma hebreo, el autor da un extenso testimonio sobre los eventos que ocurrieron durante ese año de exilio.
El poema se titula Waṣalnā hātif al-alḥān - «Nos han llegado las nuevas», y es obra del ilustre poeta Shalom Shabazi, que fue testigo ocular de estos acontecimientos y cuyo nombre está inscrito en el poema con acrósticos.
Otro registro de estos hechos, es el poema compuesto por Sālim ben Sa'īd, en judeoárabe.
[49] La nota marginal se refiere a la pronunciación exacta de la palabra אישות en la Mishná Moed Ḳaṭan 1:4, y dice lo siguiente «Ahora los judíos de Saná la leen como אִישׁוּת (ishūth), con una [vocal] shuruk.
Estudié con ellos hace mucho tiempo, durante la época en que la sinagoga de Saná todavía estaba en pie in situ».
Sin embargo, no todos estos decretos fueron apoyados por la comunidad, ya que algunos de ellos fueron considerados como una ruptura con la tradición.