Sistema de examen imperial chino

El sistema de examen imperial chino se practicó en la China imperial entre los años 606 y 1905 y consistía en una serie de pruebas que servían para seleccionar a los candidatos a mandarines.Los primeros intentos de introducción del sistema meritocrático se pueden observar con la dinastía Han, aunque estos no tuvieron una duración prolongada.En los siglos posteriores, el sistema de examen sería, en esencia, mantenido en gran parte, pero también constantemente alterado y perfeccionado.Cabe decir que la información dada en este artículo se corresponde, siempre que no se indique lo contrario, a la situación del sistema de examen durante el periodo tardío de la dinastía Qing, es decir, el siglo XIX y comienzos del siglo XX.Generalmente, se presentaban por primera vez a las pruebas aspirantes jóvenes tras concluir la educación escolar clásica, con 15 años aproximadamente.Estos tenían lugar en el ámbito local, exámenes de Distrito, Prefectura y de Aptitud, y concluían con la adquisición, por parte del candidato, del estatus de licenciado (tradicional y simplificado: 秀才, pinyin: xiùcaí, español: talento floreciente, también se utiliza el término tradicional: 生員, simplificado: 生员, pinyin: shēngyuán, español: miembro novel).Los candidatos se distribuían en grupos según el distrito de procedencia, donde cada uno recibía diferentes preguntas y era evaluado por separado.Desde las avenidas principales (yongdao), que salían de la torre, se bifurcaban numerosos callejones (haodong) infinitamente largos distinguibles por un carácter, en los cuales se encontraban las celdas de examen (haoshe o haofang), la una junto a la otra.Desde siempre, las pruebas imperiales como el conocimiento administrativo habían alejado a hombres capaces y con talento y estas pruebas extraoficiales se hacían en lugares retirados, como por ejemplo bosques o valles montañosos.En parte, los motivos que había para hacer estas pruebas eran una visión de la vida apartada del mundo, a menudo influenciada por el taoísmo o el budismo, o bien una gran insatisfacción con las posiciones políticas dominantes (fenómeno que se puede observar especialmente tras los cambios dinásticos).Los examinadores del Examen de Provincia, sin embargo, eran famosos por hacerlo a la inversa, es decir, por plantear preguntas sencillas que llevaban implícita la respuesta deseada.Por ello, el capítulo debía ser fiel al original y se había de escribir sin ningún carácter erróneo.La estructura más formalizada era la de Redacción en ocho partes (tradicional y chino simplificado: 八股文 pinyin: bāgǔwén) introducida por los Ming en el año 1487, donde hacía falta desarrollar la antítesis del tema en ocho capítulos de 700 caracteres cada uno.Al entregarlos, los exámenes eran inspeccionados por los examinadores buscando defectos de forma como, por ejemplo, caracteres mal escritos en un detalle, espacios en blanco, márgenes no respetados o cosas similares, que llevaban a la expulsión inapelable del candidato.Afortunadamente, tengo la posibilidad de plantearos preguntas a vosotros, licenciados, y deseo sentir vuestra bien meditada opinión sobre el siguiente tema: […] Sentíos afortunados por esta extraordinaria oportunidad y no tengáis ningún miedo de nadie.Su Majestad se dedica a los asuntos de estado sin descanso y estoy tan agradecido y soy tan afortunado de que Vos, pese al tiempo que os toma vuestra carga, pidáis a alguien tan inexperto como a vuestro fiel sirviente sobre los aciertos y desaciertos pasados y presentes de la actividad del gobierno.Siempre que una página contuviera el nombre del emperador, este se debía repetir en los primeros espacios en blanco, dedicados a esto.Una vez que se llegaba a las tres estampas, el candidato era expulsado del examen.Pero la copia representaba un problema: si dos exámenes se parecían mucho, entonces los examinadores suponían que dos candidatos o más se habían copiado el uno al otro o que habían reunido las respuestas y, por lo tanto, los calificaban con un insuficiente.Por ello, los candidatos que se hacían reemplazar por otra persona experimentada corrían un gran peligro.A los examinadores, para evitar que pudieran identificar la letra del candidato, no se les entregaba el original en tinta negra.Entonces, ambos textos pasaban a manos de los controladores, quienes marcarían las discrepancias entre ambos con tinta amarilla.Mientras el original quedaba en manos del personal de vigilancia, los examinadores recibían la copia en rojo.La corrupción estaba a la orden del día y era el tema de numerosas conversaciones.En estas celdas solo había tres tablones que se usaban como asiento, escritorio y estantería.Por la noche no podían abandonar la celda, sino que sólo les estaba permitido dormir arrodillados en posición embrionaria.El requisito principal para aprobar en los exámenes imperiales era la habilidad para reproducir un texto de memoria.Sin embargo, esta situación llevaba a buena parte de las clases cultas a una insatisfacción tan grande, que acababa convirtiéndose en un peligro para el estado debido a su buena educación: no era extraño que de estos círculos surgiera un líder rebelde o los reclutaran en revueltas y levantamientos que constantemente sacudían el imperio.En estos banquetes se establecía una especial relación maestro—alumno sin tener en cuenta si, de hecho, fueron educados por otra persona.Por esto, los líderes militares más importantes de la historia china rara vez eran wu jinshi, sino mayormente guerreros que habían ascendido en los mandos militares por su destreza en combate y liderazgo de soldados en campaña bélica.Gracias a los escritos del jesuita italiano Mateo Ricci se hicieron conocidos los sistemas de exámenes chinos en Europa desde el siglo XVII; durante el siglo XVIII los académicos e intelectuales de la Ilustración mostraron su simpatía por la meritocracia obtenida en China, postulando al sistema de examen imperial como un modelo para los pueblos europeos, y comparando al método chino como mucho más eficaz y racionalista al basarse en conocimientos demostrables y concretos, antes que en la designación arbitraria de aristócratas para ocupar cargos públicos como se practicaba en Europa.
El nivel más elevado del sistema: El Examen de Palacio en presencia del Emperador.
Celdas de examen a principios del siglo XX .
Palacio de la Suprema Armonía de la Ciudad Prohibida de Pekín .
La materia principal de todos los exámenes eran las escrituras de Confucio .
Wang Anshi , el crítico más feroz del sistema de Examen imperial.
Pregunta del Examen de la Capital de 1894.
El emperador en persona recibe el examen de un candidato en el Examen de Palacio.
Copia de un examen hecha con tinta de cinabrio de la época de la dinastía Qing .
Celdas de examen en Nankín .
Candidatos a las pruebas durante la publicación de los resultados.
El autoproclamado emperador de Taiping, Hong Xiuquan.
Prueba de tiro con arco de los exámenes militares.