Evocatio

Una evocatio (del latín evoco, evocare, "convocar o invocar") en la religión de la Antigua Roma es un ritual mediante el cual durante un conflicto militar se invitaba a las deidades tutelares del enemigo a abandonarlo para establecerse en Roma donde se les construiría un templo y se les ofrecería culto.

El ritual realizado por Publio Cornelio Escipión Emiliano en el 146 a. C. con la derrota de Cartago, incluyó una evocatio a una divinidad que algunos investigadores identifican con Tanit (Juno Caelestis).

[4]​ Sin embargo, esta identificación podría no ser la correcta porque las fuentes solo mencionan la expresión sive deus sive dea (seas un dios o una diosa) y por lo tanto, se referiría de manera genérica a la divinidad tutelar.

La fórmula de la evocatio, según Macrobio, fue la siguiente: Una inscripción localizada en Isauria Vetus (Asia Minor) datada en el 75 a. C. donde se celebra la victoria de Servilio Vatia contra piratas y la ciudad[5]​ menciona también la fórmula sive deo sive dea [6]​ por lo que se ha interpretado que también podría estar haciendo alusión a esta práctica.

[10]​ Evocatio, "citación", fue también un término legal en el Derecho romano sin referencia evidente con el otro sentido mágico-religioso.