Euribíades

Fue, sin embargo, ayudado por el estratego ateniense Temístocles, que dirigió la mayoría de los combates.Se sabe que tuvo entonces un violento choque verbal con Temístocles quien deseaba librar la batalla y que la opinión de este acabó por arrastrar a los jefes de la flota.Tras la batalla, Euribiades se negó a perseguir la flota persa y, asimismo, se negó a dirigir la flota griega hacia el Helesponto, para destruir el puente de barcos que Jerjes había dispuesto en el estrecho de los Dardanelos.Jerjes había construido dicho puente, en su momento, para que el ejército persa pasase por tierra de Asia a Grecia.Euribiades pensó que la destrucción del puente habría privado al ejército de Jerjes de un lugar por donde escapar y le obligaría a mantenerse en Grecia, prolongando la guerra[4]​ Al volver a Esparta, Euribíades recibió por toda recompensa una corona de olivo por su éxito en Salamina; Temístocles recibió una recompensa similar.