Sus partes superiores son de color negro azulado y las inferiores blancas.
Tiene unas marcadas listas superciliares amarillas que se prolongan en penachos a modo de plumeros.
La especie se cataloga actualmente como vulnerable por la UICN debido a que su área de reproducción se limita a un reducido grupo de islas.
El pingüino de las Snares fue recolectado por primera vez en 1874 Frederick Wollaston Hutton y nombrado como atrata.
Una descripción escrita por Hutton, con una ilustración de Keulemans, en la obra “A History of the Birds of New Zealand” de Buller indica que era el mismo pingüino descrito por Hutton.
Sin embargo se produjo un debate sobre la clasificación de este pingüino debido a ligeras diferencias anatómicas entre los pingüinos de las Snares y la descripción e ilustración iniciales, y Oliver propuso con éxito que se clasificara como robustus en lugar de atratus.
Tiene listas superciliares amarillas que empiezan en la base del pico y se prolongan hasta unos penachos dirigidos hacia la parte posterior de la cabeza.
[5] Sus ojos suelen ser de color marrón rojizo intenso, aunque puede haber cierta variación individual.
[6] Este pingüino puede emitir una gran variedad de sonidos, que son difíciles de describir verbalmente pero que varían desde los siseos y gritos explosivos cuando se sienten amenazados a rebuznos y trompeteos que pueden escucharse a grandes distancias en el mar.
[6] Para construir su nido los pingüinos cavan en el suelo un hoyo poco profundo y recubren su interior con hierba, hojas, ramitas, turba o piedrecitas.
Aunque los pingüinos macho realian viajes de larga distancia para buscar alimento, alcanzado profundidades de hasta 120 m, las aves que están criando a los pollos generalmente realizan inmersiones poco profundas (entre 20-40 m) para pescar.
[3] Para cortejar a las hembras los machos solteros se yerguen con las alas extendidas e hinchando sus pechos.
Las tres primera semanas tras la eclosión el macho custodia a los pollos defendiéndoles de los depredadores, mientras la hembra busca comida, y vuelve cada día para alimentar a los polluelos.
[7] Se ha obserbado que los progenitores pueden reconocer a sus pollos y viceversa.