El estilo directorio fue fundamentalmente establecido por los arquitectos y decoradores de interiores Charles Percier (1764–1838) y Pierre François Léonard Fontaine (1762–1853).
Al descubrirse las ruinas de Pompeya van a emerger toda una serie de gustos clasicistas que van a ser reavivados un poco por todas las expresiones artísticas, presentando en pintura una enorme variedad de estos elementos asimilados.
Los muebles de caoba o castaño, presentan líneas rectas, los respaldos de las silla muestran una elegante curva hacia atrás, patas delgadas y curvadas, el tipo clásico curvado hacia el exterior visto en el Antiguo Egipto y en los frescos griegos.
El mobiliario es frecuentemente lacado presentando una enorme gama de tonos (violetas, naranjas y negro); los motivos escultóricos se destacan por su colores vivos sobre fondos oscuros, al modo de Pompeya.
Diversas influencias se combinan para producir una cierta simplificación de la ropa femenina, como reacción contra el estilo representado por la aristocracia de ropa muy formal y rígida, se impone ahora una estética que continuará durante el imperio con trajes de tela ligera y talle alto, ceñido bajo el busto y una larga, falda suelta, a modo de camisón, idealizado de la antigua Grecia y Roma, y también largas túnicas con escotes de pico.