Los Esterlines eran comerciantes de la Liga Hanseática en los puertos cantábricos (España) durante la época medieval.
[2] En virtud de esta buena relación concentraban en una calle donostiarra sus hospederías, lonjas y negocios.
La ciudad de San Sebastián dedicó una calle en su recuerdo.
[3] La denominada Hermandad de las Marismas, fundada en diversos puertos del mar Cantábrico en el siglo XIII fomentó las actividades comerciales, armadoras, guerreras o constructoras con los puertos del Norte como Brujas, Nantes, La Rochela y otras.
[4] Está documentada desde el siglo XIV la existencia en la ciudad de una colonia de agentes Hanseáticos, denominados Esterlines,[5] A partir del descubrimiento de América, variaron las rutas comerciales lo que hizo decrecer la influencia comercial de la Liga hasta su práctica desaparición en el siglo XVI.