Se halla sobre columnas de hormigón que permitían la circulación.
Fue así que en el año 1996 con el proyecto del arquitecto Atilio Mosna, se llevó a cabo el proyecto de un nuevo estadio, techado con una estéreo estructura de acero, nuevos vestuarios y algo novedoso para la región, un piso sintético.
Las obras fueron inauguradas con el torneo Argentino de Selecciones U 22, realizadas íntegramente en el club.
El nombre ficticio "El Fortín Rojinegro", surgió de una campaña que lanzó la comisión directiva entre socios y deportistas de la entidad y que tuvo mucha aceptación.
Las reformas en el estadio no solo le permitieron al club mejorar su infraestructura para competir en torneos de alto nivel, sino también, le permitió convertirse en epicentro para la realización de eventos sociales y culturales.