Desde muy temprana edad dio muestras de un innato sentido artístico que le permitía retener con facilidad cualquier trozo musical.
Al terminar sus estudios primarios, comenzó un curso de violín, instrumento que lo apasionaba.
Las colas para entrar a la radio ubicada en Maipú 555, congestionaba todo el centro de la ciudad.
Cafaro no logró obtener nunca más el éxito de sus primeros años, ni pudo volver a grabar, debido a lo cual sus fanes denunciaron que existía una conspiración de las compañías grabadoras en su contra.
Sufrió entonces serias restricciones económicas, viviendo precariamente como un «quijotesco linyera», como él mismo se denominó.
En 2000 el sello español Rama Lama publicó en Disco compacto los primeros seis EPs que aparecieron en ese país.