[1][2][3] Los estadios griegos solían tener forma de herradura, es decir, estaban abiertos por un extremo.
[2] Se utilizaba como unidad de medida para distancias y trayectos más largos.
Más tarde se construyeron estadios no sólo en Olimpia, sino también en otras sedes de los Juegos Panhelénicos y en otros lugares del mundo griego.
[3] En la arquitectura romana, los estadios influyeron, por un lado, en los anfiteatros y, por otro, en el circos, así como en los hipódromos griegos.
La longitud total del campo era ligeramente mayor, ya que había espacio extra en cada extremo de la pista.
En los laterales de la pista podía haber señales que indicaban la distancia a recorrer.
Es posible que los árbitros, los sacerdotes y los dignatarios dispusieran de mejores asientos separados (proedría).