Sus orígenes se remontan a 1848, siendo la primera estación ferroviaria construida en la península ibérica.[n.
1] La estación original fue reemplazada en 1905 por la construcción actual, que está catalogada como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña, con el código IPA-8659.
[2] La primitiva estación quedó fuera de servicio en 1905, cuando la compañía MZA, nueva propietaria de la línea, construyó las instalaciones actuales.
Se desmantelaron los andenes y el cobertizo metálico de la vieja terminal y el edificio de viajeros se aprovechó como almacén.
En 1948, con motivo del centenario de la línea Barcelona-Mataró, se encargó a Marià Ribas i Bertran la restauración de la vieja estación.