La estación se encuentra a 5 y 11 kilómetros respectivamente de las pedanías melarienses que le dan nombre.
A escasos 700 metros de la estación, se encuentra semiderruido un antiguo cargadero de mineral que, utilizando un teleférico, traía el producto desde una mina cercana.
En 1956 pasó a formar parte del Estado y se incorporaron automotores diésel que sustituyeron al vapor.
La vía, por su parte, ha sido desmantelada y está invadida por la vegetación, aunque conserva algunos tramos con gran cantidad del balasto original.
Con vistas a la recuperación del patrimonio ferroviario, existen asociaciones como La Maquinilla que desarrollan labores de puesta en valor y concienciación con la intención final de que la línea sea adaptada como Vía Verde.