En este proyecto, la estación fue bautizada provisionalmente como Rosellón y se planteaba como un intercomunicador que daría servicio, por un lado, a la Línea II (originalmente bautizada como Transversal Medio) en su prolongación de Sagrera (actual La Sagrera) a Sans (actual Plaça de Sans) y, por otro, a una futura Línea IV que debía discurrir de Maragall a San Ramón.
[2] En 1967, con las obras en marcha, se aprobó un nuevo Plan de Metros que redistribuía las líneas del anterior trazado.
Se descartó la llegada de la Línea IV, pero se planteó un nuevo intercomunicador con una futura Línea VII, que debía unir la Estación de San Antonio y La Bonanova, pero que nunca llegó a realizarse.
[4] En 1982 la estación catalanizó su nombre por Hospital Clínic, al tiempo que la Línea V adoptó la numeración arábiga y pasó a llamarse Línea 5.
Se reformaron los accesos, se crearon encaminamientos para invidentes y se instalaron tres ascensores: uno para comunicar la calle con el vestíbulo de la estación, y dos más para conectar el vestíbulo con cada andén.