Durante su operación, esta estación fue considerada como un desvío dependiente de la estación Ñuñoa, debido al nivel de desarrollo económico e industrial en esa zona de Santiago; tanto así, que en algunos momentos se le llegó a considerar como "Estación Ñuñoa B".
[3] Hasta 1900 los ferrocarriles que transitaban por las líneas eran carros de sangre, posteriormente se modernizó el sistema para funcionar con electricidad.
[4] Durante la década de 1940, este ferrocarril comenzó su proceso de cierre; en 1942 se cerraron y demolieron las estaciones Providencia y Ñuñoa, y se levantaron sus tendidos eléctricos; como nueva cabecera de la línea se dejó a la estación San Eugenio.
[2] Entre 1965 a 1966 se retomó el servicio de pasajeros por medio de los trenes populares; la medida no fue rentable debido a la baja utilización del servicio.
Su nombre, Santa Elena, proviene del nombre de la chacra y posterior viñedo en donde se hallaban los terrenos donde esta estación se construyó, el viñedo Santa Elena, propiedad de Alberto Valdivieso.