En 1937 tres empresaios emprendedores, Julio Joly, Alfredo Z. Wilson y el exhibidor cinematográfico Clemente Lococo coincidieron en la idea de levantar nuevos estudios tanto para alquilarlos como para producir películas propias.
El primer estreno, aunque no la primera producción, fue Adiós Buenos Aires, dirigida por Leopoldo Torres Ríos.
Fueron especialmente rentables para EFA las series de películas protagonizadas por Niní Marshall y por Luis Sandrini.
El predio que ocupara EFA terminó finalmente en sede del Canal 13 de televisión.
La empresa tenía la concepción del espacio escénico al servicio de la acción, es decir, que sus estrellas se lucieran y destacaran.