Cualquier onda compleja puede descomponerse en una suma de tonos puros.
Una fuente de luz puede tener muchos colores mezclados en diferentes cantidades (intensidades).
Un arcoíris, o un prisma transparente, deflecta cada fotón según su frecuencia en un ángulo ligeramente diferente.
Cada frecuencia estimula una parte diferente de nuestra cóclea (caracol del oído).
Muchas cosas en nuestro entorno que calificamos como ruido frecuentemente contienen frecuencias de todo el rango audible.
Cuando este espectro viene dada por una línea plana, decimos que el sonido asociado es ruido blanco.
Análisis se refiere a la acción de descomponer algo complejo en partes simples o identificar en ese algo complejo las partes más simples que lo forman.
Un proceso que cuantifique las diversas intensidades de cada frecuencia se llama análisis espectral.
Ese análisis puede llevarse a cabo para pequeños intervalos de tiempo, o menos frecuentemente para intervalos largos, o incluso puede realizarse el análisis espectral de una función determinista (tal como
Para poder hacer eso, la transformada no solamente contiene información sobre la intensidad de determinada frecuencia, sino también sobre su fase.
Esta información se puede representar como un vector bidimensional o como un número complejo.
Cuando el resultado de ese análisis espectral es una línea plana la señal que generó el espectro se denomina ruido blanco.