Eslavofilismo
El más radical en sus posturas fue Kiréievski, quien defendió siempre la conveniencia de permanecer fieles a la cultura, las creencias y los ideales eslavos.Estos se identificaban con la religión ortodoxa, en contraposición a las demás etnias o pueblos, sobre todo a los europeos germanos (cristianos pero protestantes) y latinos (católicos), así como para justificarse en las guerras contra el Imperio otomano (retomadas en la guerra de Crimea de 1853-1856).[cita requerida] Sus afirmaciones idealizaban el cristianismo ortodoxo previo a Pedro el Grande, donde se usaba la "Unión Libre" de las personas, que imposibilitaba las individualidades por representar estas un egoísmo puro y occidental.Idealizaban el pasado ruso antes de la apertura a Occidente, donde el aislamiento geográfico habría creado una Rusia armónica, sin privilegios, con autoridad pero sin abusos, y ponían el futuro en manos del campesinado redimido, donde Moscú sería el faro de la regeneración del mundo.Fiódor Dostoyevski llevó estos ideales a la más pura de sus expresiones en sus múltiple obras.